
Verona es una ciudad de arte que hay que descubrir. Entre los barrios medievales, los restos romanos y los edificios de Scaliger hay mucho que ver. Pero si también quieres descubrir los alrededores de la ciudad, hay muchos pueblos y ciudades de absoluta belleza que no debes perderte. Descubre los mejores 10 pueblos que ver cerca de Verona.
Soave
Ubicado en las colinas del Véneto, Soave encanta a los visitantes con su imponente castillo medieval y las murallas que abrazan el antiguo pueblo. El recinto sorprende por su buen estado de conservación. Entrando por las puertas de la ciudad encontrarás hermosas plazas y la Catedral de San Lorenzo, sin olvidar varios palacios medievales.
Soave también es conocida por los viñedos que rodean la localidad, famosos por la producción del vino del mismo nombre, reconocido internacionalmente por su delicado sabor y fragancia. No pierdas la oportunidad de visitar alguna de las bodegas y reservar una cata.
Soave está a sólo 30 minutos en coche de Verona por la autopista A4. Alternativamente, hay un autobús directo desde la estación de Verona.

Lazise
Con vistas a las aguas del lago de Garda, Lazise es un pueblo que encanta por su combinación perfecta de historia y naturaleza. Las antiguas murallas de la ciudad que abrazan el centro histórico son testigos de su rico pasado. En su interior también encontrarás la Iglesia de San Nicolás y el Puerto Viejo.
La visita a Lazise debe continuar hasta el Castillo Scaligero, antaño baluarte defensivo y hoy mirador imprescindible. No menos importante es el patrimonio gastronómico, con platos de pescado de lago que deleitan el paladar y enriquecen la experiencia gastronómica.
Lazise también está a sólo 30 minutos en coche del centro de la ciudad. También se puede llegar a través de varias líneas de autobús o haciendo transbordo en la estación de Peschiera del Garda. Por lo que es el lugar ideal para ver Verona y sus alrededores si dispones de dos o tres días.

Bardolino
A poca distancia de Lazise, todavía a orillas del lago, se encuentra Bardolino. Este pintoresco pueblo ofrece una combinación perfecta de historia, cultura, tradiciones gastronómicas y vinícolas, que se unen en un ambiente acogedor y relajante. Empieza por pasear por la orilla del lago, donde también encontrarás bares y tiendas. En el centro es imprescindible la visita a la Iglesia de San Severo.
Una visita a Bardolino suele implicar la degustación de los vinos locales, que se distinguen por su calidad. Las bodegas de la zona te permiten degustar excelentes vinos y aprender más sobre esta hermosa zona del Véneto.
La visita, a menudo propuesta en combinación con Lazise, se ve facilitada por el hecho de que la ciudad está a sólo 39 minutos del centro de la ciudad de Scaliger.

Valeggio sul Mincio
Ubicado en la exuberante campiña veronesa, Valeggio sul Mincio es un destino que definitivamente debes visitar. En el pueblo encontrarás el Parco Giardino Sigurtà, uno de los parques más bellos de Europa, donde podrás pasear entre laberintos florales y estanques de agua.
Un poco alejado del centro se puede ver Borghetto sul Mincio, incluido en la lista de los pueblos más bellos de Italia. El centro medieval está embellecido por los molinos de agua conservados y el puente Visconti. Elevándose sobre la ciudad se encuentra el Castillo Scaliger.
Valeggio sul Mincio se encuentra en la frontera con Lombardía y está a sólo 30 kilómetros del centro de Verona. También puedes llegar en autobús directo desde la estación.
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San Giorgio di Valpolicella
Ubicado en las colinas veronesas de Valpolicella, donde se produce un excelente vino, San Giorgio di Valpolicella es un antiguo pueblo que ofrece vistas encantadoras y una atmósfera de tiempos pasados. También apodado Inannapoltron, ya que alguna vez fue difícil llegar a pie.
Esta localidad cuenta con una plaza panorámica, desde la que se puede ver incluso el lago de Garda, además de una antigua iglesia parroquial y un claustro del siglo XII. Una visita a San Giorgio di Valpolicella también ofrece la oportunidad de explorar las bodegas históricas donde se pueden degustar vinos locales y descubrir los secretos de la elaboración del vino.
La mejor manera de llegar es en coche, ya que el pueblo está a sólo 25 kilómetros de Verona, en total unos 30 minutos.
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Peschiera del Garda
Peschiera del Garda quizás no necesite presentación. La ciudad amurallada, parte del Patrimonio Mundial de la UNESCO, fascina con sus imponentes murallas que se reflejan en el agua ofreciendo un espectáculo increíble.
El centro histórico es rico en antiguas curiosidades y vestigios del pasado. Además, en Peschiera del Garda puedes parar en uno de los numerosos restaurantes para degustar la cocina del lago de Garda, quizás acompañada de una copa de Lugana, el vino blanco que se produce en la zona.
Peschiera del Garda es un destino popular para los veroneses, ya que se puede llegar en menos de 15 minutos en tren.
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Isola della Scala
Isola della Scala era un punto de tránsito entre Verona y Mantua. La ubicación céntrica de la localidad queda demostrada por la Torre Scaliger, que marca el inicio del centro. En los alrededores se encuentran varias villas nobles y antiguas iglesias de culto tradicional.
Uno de los productos típicos es el Riso Nano Vialone Veronese IGP, que se conmemora cada otoño con la famosa Fiera del Riso (Feria del Arroz), un acontecimiento que atrae a visitantes de los alrededores.
Llegar hasta aquí es muy fácil: se tarda unos 30 minutos en coche o, alternativamente, 15 minutos en tren desde la estación central de Verona.
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Malcesina
De vuelta a orillas del lago de Garda, Malcesine es un pueblo pintoresco que vale la pena ver. Caracterizado por callejuelas estrechas y tramos de escaleras, el centro histórico está dominado por la presencia del imponente Castillo Scaliger, que ofrece una hermosa vista de las aguas cristalinas del lago.
Para los amantes de la naturaleza, Malcesine presenta la oportunidad única de subir al teleférico hasta la cima del Monte Baldo. La ruta ofrece vistas inolvidables y una vez en la cumbre se puede admirar un panorama espectacular.
Malcesine se encuentra a una hora y veinte minutos de la capital, en la carretera que bordea el lago de Garda. También puedes llegar combinando autobús y tren.

San Pietro in Cariano
También en el corazón de Valpolicella se encuentra San Pietro in Cariano, un destino de visita obligada para los amantes del vino y la historia. Este pueblo, enclavado en un paisaje de viñedos montañosos, es famoso por su producción de excelentes vinos.
Además, las villas venecianas, repartidas por toda la zona, cuentan la historia de un pasado rico y noble. Entre ellas se encuentran, en particular, Villa Giona y Villa Serego. Desde un punto de vista religioso, visita la Pieve di San Floriano, una iglesia románica conocida en toda Valpolicella.
San Pietro in Cariano está a sólo 13 kilómetros en coche o cogiendo un autobús directo desde el centro de Verona.
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Montagnana
Si buscas una ciudad para visitar a una hora de Verona, Montagnana es el lugar perfecto. Famosa por sus imponentes murallas medievales, entre las mejor conservadas de Europa, esta localidad ofrece un paseo por la arquitectura antigua y una atmósfera de tiempos pasados. Las murallas abrazan el centro histórico y te invitan a subir a la torre para disfrutar de una vista panorámica, desde donde podrás admirar la belleza del campo circundante.
Entre las cosas que ver en Montagnana, empieza por la Piazza Maggiore , donde se encuentran edificios históricos como el Palazzo Sammicheli y la Catedral dedicada a Santa Maria Asunta, destacados ejemplos de arquitectura gótica y renacentista. No menos importante es el Castillo de San Zeno. Los amantes de la gastronomía no pueden perderse el famoso prosciutto crudo, reconocido producto con DOP.
Llegar hasta aquí sólo te llevará una hora en coche por la SS434 o, alternativamente, puedes combinar autobús y tren desde Verona.
