¿Quieres pasar unos días de total relajación? A continuación se muestran algunas islas de Italia poco conocidas y, por tanto, menos turísticas.
Marettimo
Marettimo Adobe Stock

El atractivo de Italia se extiende mucho más allá de sus famosas ciudades y sus bulliciosos puntos turísticos. Escondidas en medio de las aguas azules del Mediterráneo se encuentran joyas que esperan ser exploradas por viajeros intrépidos que buscan tranquilidad y autenticidad. Si bien destinos como Capri y Sicilia a menudo acaparan la atención, Italia cuenta con un tesoro escondido de islas menos conocidas, cada una de las cuales ofrece una combinación única de belleza natural, riqueza cultural y aislamiento pacífico. Ven con nosotros mientras descubrimos 5 islas no turísticas en Italia para una escapada tranquila.

Palmarola

Frente a la costa del Lacio, en el archipiélago Pontino, se encuentra Palmarola. Esta maravilla natural destaca por sus aguas cristalinas y formaciones rocosas que se elevan majestuosas desde el mar. La isla se encuentra a unos 10 kilómetros de la famosa Ponza y tiene sólo 3 kilómetros de largo.

Lo que llama la atención de Palmarola es su entorno totalmente salvaje y virgen. El agua es impresionante, pero hay muy pocas playas de arena. Sólo encontrarás cuevas, calas y rocas escarpadas que se sumergen en aguas cristalinas. La vegetación que crece en la isla también es muy especial: lleva el nombre de la única especie autóctona de palmera que existe en Europa.

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Parcelas Palmarola - Luigi, CC BY-SA 4.0 Wikimedia commons

Giannutri

En el archipiélago toscano, al sur de la isla de Giglio, se encuentra Giannutri, una isla que gusta por su naturaleza salvaje y su historia milenaria. A pesar de su proximidad a la conocida isla de Elba, Giannutri sigue siendo una de las mejores islas no turísticas para visitar en Italia, una verdadera joya para quienes buscan tranquilidad y una belleza natural incontaminada.

Se puede acceder a Giannutri por mar con ferries y barcos privados que salen principalmente de Porto Santo Stefano. La isla es un paraíso para los buceadores, gracias a sus fondos marinos ricos en vida marina. En la superficie, las ruinas de una villa romana que data del siglo II d. C. y el faro ofrecen una inmersión en la historia.

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Giannutri - Dindo94, CC BY-SA 4.0 Wikimedia commons

Marettimo

Frente a la costa occidental de Sicilia, Marettimo es la más remota de las Islas Egadi y destaca por su carácter salvaje y auténtico. Conocido por pocos, ya que está fuera del radar turístico, es un destino que vale la pena considerar, ya que su centro es tranquilo y está bañado por el sol del Mediterráneo.

Para llegar a Marettimo se puede viajar desde Trapani o Favignana. La isla es un destino maravilloso para practicar senderismo, con senderos que serpentean por terrenos elevados, bosques y vistas panorámicas al mar. Además de las playas de arena a las que se puede llegar andando, también encontrarás algunas calas que sólo se pueden visitar por mar.

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Marettimo - Salvo Cannizzaro, CC BY-SA 3.0 Wikimedia commons

Alicudi

La isla de Alicudi, parte del archipiélago de las Eolias al norte de Sicilia, es un destino que encarna a la perfección la idea de isla no turística. Pero ¿qué hace que Alicudi sea un lugar tan singular? Costas rocosas, senderos llenos de flores y mucha naturaleza virgen: estos son probablemente los elementos que la convierten en una de las mejores islas italianas para visitar.

Para llegar a Alicudi es necesario coger un barco desde Milazzo o desde otros puertos de las Eolias. La ausencia de carreteras y vehículos motorizados preserva la atmósfera de paz que envuelve la isla; aquí, los caminos de tierra y los escalones de piedra son las únicas formas de desplazarse. De hecho, la isla está formada por pequeños caseríos donde se encuentran casas y pequeñas iglesias de estilo totalmente mediterráneo.

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Alicudi - Stephen kleckner, CC BY-SA 4.0 Wikimedia commons

Linosa

Linosa, situada entre Sicilia y Lampedusa, es una isla volcánica del archipiélago de Pelagie que sorprende por sus paisajes 'lunares' y su biodiversidad marina. Esta pequeña isla aún conserva una belleza salvaje que la convierte en uno de los tesoros escondidos de Italia.

A la isla se puede llegar por mar con salidas desde Porto Empedocle. Una vez allí, podrás visitar los cráteres extintos, los acantilados negros y las playas de arena fina. Linosa es especialmente apreciada por los observadores de aves y los bañistas, gracias a la presencia de especies raras y de fondos marinos ricos en vida marina. La hospitalidad se ofrece mediante pequeños alojamientos que garantizan una acogida familiar y genuina. La ausencia de intensos flujos turísticos permite vivir una experiencia auténtica, en la que se puede apreciar la vida de la isla con sus ritmos lentos y tradiciones aún vivas.

que ver en Linosa
Linosa - fabuloso, CC BY 2.0 Wikimedia commons