
Cuando la gente piensa en la capital de Italia, suele pensar directamente en Roma. Sin embargo, la Ciudad Eterna fue en realidad la tercera capital del país unificado. La primera capital de Italia, situada más al norte, fue Turín, de gran importancia histórica por ser la sede del poder de la dinastía Saboya y un antiguo centro del Reino de Cerdeña. En este artículo, exploraremos por qué Turín tuvo este prestigioso papel y las razones detrás de la posterior reubicación de la capital en Roma.
¿Por qué Turín fue la primera capital de Italia?
La elección de Turín como primera capital del Reino de Italia no fue casual, sino que fue el resultado de una serie de factores históricos, políticos y estratégicos. Antes de la unificación, Turín era la capital del Reino de Cerdeña, uno de los estados anteriores a la unificación más influyentes en el panorama político europeo.
Tras la unificación, que como es sabido tuvo lugar en 1861, las fronteras del Reino de Italia no incluían partes del actual noreste (Véneto, Trentino-Alto Adigio y Friuli-Venecia Julia), así como lo que quedaba de los Estados Pontificios, centrados en Roma. A la espera del traslado de la capital a la ciudad del Papa, Turín fue la capital entre 1861 y 1865.

Florencia, la segunda capital de Italia
En 1865, la capital del Reino de Italia se trasladó de Turín a Florencia. Esta decisión estuvo influida por un acuerdo con Napoleón III, en el que Italia se comprometía a no atacar los Estados Pontificios. La ciudad toscana, por entonces relativamente pequeña, se fue reorganizando gradualmente para adaptarse a su nuevo papel.
El llamado "resanamiento de Florencia" supuso la demolición de las murallas de la ciudad y de algunos barrios medievales para dar paso a bulevares más amplios y nuevos barrios. De este período se remontan algunas de las características actuales de Florencia, sobre todo en relación con la construcción de nuevas plazas y calles.

La brecha de Porta Pia y la elección final de Roma
Aprovechando la caída de Napoleón III, se tomó la decisión de anexionar Roma al Reino de Italia. El momento culminante de la toma de Roma se conoce como la Brecha de Porta Pia, ya que las tropas entraron en la ciudad por esa zona el 20 de septiembre de 1870.
Roma fue proclamada capital de Italia poco después, en 1871, marcando el inicio de un largo conflicto con la Iglesia Católica y al mismo tiempo concluyendo el proceso de establecimiento del Reino de Italia.

Brindisi y Salerno: dos “capitales” durante la guerra
Roma fue la tercera capital de Italia, pero no la última, aunque fuera por unos meses. Durante la Segunda Guerra Mundial, Brindisi y Salerno desempeñaron papeles importantes, sirviendo temporalmente como capitales de Italia. Después del armisticio del 8 de septiembre de 1943, el rey Vittorio Emanuele III y el gobierno decidieron huir a Brindisi, en Apulia, ya que el sur de Italia había sido liberado por las fuerzas aliadas.
El rey llegó primero a Pescara en coche y luego a Brindisi por mar. Así, aunque sólo fuera por un breve período, el rey y el gobierno tuvieron su base en el castillo Suabo de la ciudad. De febrero a julio de 1944, Salerno también fue la capital, aunque no fue reconocida formalmente, con varios ministerios clave alojados en varios edificios de la ciudad. No fue hasta el 15 de julio de 1944 que la capital regresó a Roma.
