
Reformar una casa conlleva tiempo, dinero... y mucha paciencia. Esta última cualidad nunca ha sido más importante que en el último año, tanto por las dificultades para entender los trámites necesarios para obtener determinadas bonificaciones fiscales como por las constantes subidas de los precios de los materiales de construcción. Sin embargo, tener una buena dosis de paciencia puede ayudar a sobrellevar los imprevistos y prevenirlos en primer lugar. Veamos por qué:
El aumento del coste de las materias primas
Al calcular el presupuesto para la reforma, siempre es una buena idea dejar un margen adicional para cubrir cualquier eventualidad o imprevisto.
Sin embargo, durante el último año, el precio de los materiales de construcción ha aumentado tan rápidamente que incluso las empresas constructoras se han sido sorprendidas. Según los últimos datos de Meps (Management Engineering & Production Services, agencia mundial especializada en el análisis del mercado del acero) recopilados por Ance, la Asociación Nacional de Contratistas de la Construcción, las "barras de refuerzo de hierro - acero", un material de uso común, alcanzaron precios en noviembre 2021 que representó un incremento del 226,7% respecto al año anterior. Y estos aumentos están lejos de terminar: solo el aumento en noviembre en comparación con el mes anterior es del 11,4 por ciento.
Pero no son sólo los productos de acero los que están aumentando. Tal y como apunta Ance en su último informe publicado en diciembre, otros materiales de primera importancia para la industria de la construcción también han registrado incrementos, como el polietileno (69% para HDPE y 88,2% para LDPE), el cobre (40,2%) y el gasóleo (106%), nuevamente en el mismo período de referencia entre noviembre de 2020 y octubre de 2021. Otro material con precio al alza es el "betún" (alquitrán), que según datos del Siteb -carreteras y betún italianos- ha subido un 29,4% entre noviembre de 2020 y agosto de 2021.
Previsiones para los próximos meses
Las previsiones para los próximos meses, tal y como se informa en el reciente documento de Meps "European Steel review" (noviembre de 2021), apuntan a un nuevo aumento de los precios debido, sobre todo, a la grave escasez de material, lo que se traduce en largos plazos de entrega.
En resumen, la tendencia de los productos siderúrgicos es al alza hasta mediados del próximo año. Esta tendencia también se ve afectada por las recientes subidas de los costes del gas, la electricidad y la chatarra. Como resultado, los precios se mantendrán en niveles históricamente altos y solo se espera que bajen a partir de finales de 2022.
Quienes tengan intención de reformar sus viviendas en los próximos meses, o ya lo estén haciendo, deberán tener en cuenta no solo el incremento de costes, sino también las dificultades de abastecimiento de las obras, dado que, ante la volatilidad de los precios, los fabricantes no se sienten capaces de garantizar el suministro en un plazo de 10/15 días.
Aumento de las molestias para los consumidores
En los últimos meses, las asociaciones de defensa de los consumidores han recibido numerosas denuncias por aumentos de precios en los contratos con empresas, especialmente en el caso del suministro e instalación de materiales de construcción como puertas y ventanas.
El CRTCU - Centro de Investigación y Protección de los Consumidores y Usuarios - de Trento ha decidido, por lo tanto, brindar algunos consejos a los consumidores, distinguiendo entre los contratos que ya están en curso y los que están por concluir.
Qué se puede hacer con los contratos existentes
Si ya se ha firmado un contrato, la CRTCU recomienda comprobar de qué tipo de contrato se trata (compraventa, contrato de obra, etc.) y si existen o no cláusulas que permitan a la empresa modificar los precios.
Si existen cláusulas que permitan a la empresa modificar los precios, el consumidor puede intentar negociar la distribución del incremento en la cuantía del 50% para cada uno, apoyándose en el deber de equidad de la empresa y en la conveniencia de dar continuidad al contrato.
Si, por el contrario, el contrato no prevé un aumento de precio, el consumidor podrá, en su caso, rescindir el contrato alegando que es demasiado oneroso, teniendo en cuenta, no obstante, que una cuantificación exacta del porcentaje de aumento que le da derecho a la rescisión no está fijado de antemano. Se debe prestar especial atención a la presencia de cláusulas "vejatorias".
Son nulas de pleno derecho las cláusulas que establezcan como precio final el precio de los bienes en el momento de la entrega o las cláusulas que impidan al consumidor desistir si el precio final es excesivamente elevado con respecto al originalmente pactado.
Cómo hacer frente a los nuevos contratos
La asociación CRTCU sugiere algunas cláusulas que se pueden incluir en los contratos para evitar sorpresas desagradables. Aunque sea extremadamente difícil, especialmente en este período, se puede intentar pedir cláusulas que excluyan cualquier aumento de precio: el importe de la contraprestación se entiende fijo e invariable, de modo que no se pueden solicitar ajustes incluso en caso de los hechos extraordinarios e imprevisibles por cualquier causa que den lugar a un aumento de los gastos de ejecución de las obras y ello en expresa derogación de lo dispuesto en los artículos 1467 y 1664 del Código Civil.
En caso contrario, y tal vez sea ésta la situación preferente por ser más sencilla para ambas partes, el consumidor tiene derecho a solicitar la inclusión de cláusulas que prevean la posibilidad de resolver el contrato obteniendo la devolución de las cantidades ya abonadas si el aumento supera una determinada cantidad: la revisión del precio de venta pactado por las partes como consecuencia de la variación del coste de las materias primas no podrá en ningún caso exceder del 10/20 por ciento del precio original. Si el aumento de precio supera este porcentaje, el comprador podrá rescindir el contrato, previo reembolso de las cantidades ya pagadas a la otra parte sin perjuicio de la indemnización por daños y perjuicios.